
Testigos informaron que los golpes comenzaron dentro del local y delante de mucha gente, pero nadie intervino. Luego, en la calle, se acercaron vecinos que identificaron al anciano y contaron que sufría demencia senil: se llamaba Vicente Ferrer y tenía 70 años. Agustín, vecino de la víctima, indicó al portal Nueva Ciudad que Ferrer tenía una única hija, que vive en Alemania y debió viajar de urgencia durante el fin de semana a raíz de lo que pasó. Recién ayer le entregaron los restos de su padre.
Un fotógrafo retrató el momento en que personal de la Policía de la Ciudad rodeaba el cuerpo del anciano, tendido en la calle. Agregó que una persona intentó reanimar al anciano hasta que llegó el SAME, y que un efectivo de la fuerza de seguridad porteña lo increpaba para que no tomara fotos.