6 de junio de 2023

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La cepa brasileña hace saltar las alamas sanitarias

Surgida en Manaos, capital de Amazonas, es la causante de una devastadora segunda ola en Brasil y de la creciente preocupación de las autoridades sanitarias de la región.

La cepa brasileña de la COVID-19 no para de generar información preocupante. En un panorama en el que la amenaza de nuevas cepas parece estar dominada por la variante británica, una de las grandes cuestiones es saber cuáles son las características de la cepa brasileña.

Las evidencias apuntan a que surgió en Manaos, capital de Amazonas, el pasado noviembre. Esta nueva cepa de la enfermedad se descubrió en enero con cuatro personas infectadas detectadas en su entrada a Japón desde Brasil; estas personas provenían de la región amazónica. Científicos de diez instituciones, entre ellas el Imperial College de Londres y la Universidad de Oxford, ambas en Inglaterra, y el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, publicaron un artículo describiendo los casos de esa nueva variante, que se denominó P.1. Un informe de investigación brasileña indica que la nueva cepa ya es responsable del 90% de los nuevos casos de la enfermedad en el estado de Amazonas y añade que ya está presente en todo el país.

La segunda ola de la pandemia en Brasil, con 1.200 muertos diarios de promedio, está vinculada a la explosión y diseminación.

La cepa tiene una capacidad de transmisión de entre 1,4 y 2,2 veces más que las que la preceden y es capaz de evadir la respuesta del sistema inmune volviendo a contagiar a entre el 25% y el 61% de las personas que ya hayan pasado el SARS-CoV-2, según un estudio del Centro Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento y Diagnóstico de Abrovirus (CADDE). Esto la podría convertir en “más transmisible”; “invade más el sistema inmune y probablemente debe ser más patogénica”, explicó Ester Sabino, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP) y coordinadora del grupo brasileño que participó en la pesquisa desarrollada por el CADDE.

La variante del Amazonas, sostuvo Sabino en su declaración, tuvo un período de rápida evolución molecular y se desconocen las razones. Esta investigación publicada el pasado viernes y pendiente de ser contrastada no se encuentra en ninguna revista científica reputada. Se complementa, aun así, con otros estudios que han visto la luz el mismo día. El realizado por investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz, de la región amazónica, denota que la carga vírica en el organismo de los individuos infectados con esta variante puede ser hasta diez veces mayor. de esta variante.

Un estudio publicado a mediados de febrero por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha sugerido que las vacunas de Pfizer y Moderna siguen siendo eficaces contra nuevas cepas de la enfermedad como la sudafricana. Sin embargo, las evidencias, aunque escasas, sí que empiezan a apuntan que la cepa P.1. puede causar más dificultades. Es importante enfatizar que es muy poco probable que la variante brasileña sea completamente impermeable a la inmunidad provocada por una vacuna. Sin embargo, P.1. comparte mutaciones (como la E484K, presente en la cepa británica) y comportamientos con la variante sudafricana, y la evidencia sugiere que esta variante tiene una mayor probabilidad de infectar a las personas que han recibido la vacuna Oxford/AstraZeneca que las versiones anteriores y más comunes de la COVID-19. Por tanto, ambas variantes probablemente tendrán también una mayor resistencia a otras vacunas.

Esto se debe a que las mutaciones transportadas por estas variantes cambian la proteína de pico, una estructura clave en la superficie del virus que utiliza para ingresar a las células y que también es el objetivo del sistema inmunológico. Las mutaciones han remodelado la proteína de punta lo suficiente como para que los anticuerpos no puedan unirse bien a ella, que es lo que permite que el virus evite la inmunidad generada por infecciones o vacunas anteriores, pero no tanto como para que el virus no pueda usar la proteína para entrar en nuestras células.

Mientras esperamos más información sobre las nuevas variantes, Brasil continúa siendo la más perjudicada por la P.1. que registró 35.742 casos confirmados adicionales en las últimas 24 horas, junto con 778 muertes por COVID-19, según señaló el lunes el Ministerio de Salud. 

La cuestión mas prevalente alrededor de este nuevo flanco de la lucha contra la COVID-19 es cómo combatir las nuevas cepas. Hasta la fecha, la respuesta más consensuada por los expertos es aumentar el ritmo de vacunaciones con el fin de eliminar o frenar la propagación. Además, se insta a aliviar la presión que sufre el sistema sanitario, protegiendo así a las personas de la enfermedad creando un abanico de comunicación y cooperación que evite la aparición o transmisión de nuevas cepas.