Después de años de malestar, la monja que se había atrincherado en Punta Querandí con una actitud de “acoso y provocación” hacia la comunidad indígena que habita el predio fue desalojada.
Personal de la empresa constructora Eidico desarmó en las últimas horas la cabaña que utilizaba la religiosa dentro del territorio comunitario ubicado en el límite entre los partidos bonaerenses de Tigre y Escobar.
En julio, la mujer había sido noticia luego de calificar como “ritual pagano” a una de las ceremonias que se llevan a cabo en el espacio restituido a los pueblos originarios. “Este es un lugar católico, de acá me tiene que sacar la Municipalidad”, decía, según los damnificados.
Incluso la Iglesia se solidarizaba en ese entonces con Punta Querandí a través del Padre Máximo, representante del Monseñor Oscar Vicente Ojea y del Obispado de San Isidro, al aclarar que la religiosa no tenía “ningún encargo pastoral en la Diócesis”.
“La monja fue desalojada porque nunca debería haber estado en ese lugar. Solo estaba ahí para representar una parte de la inmobiliaria”, le explicó a INFOCIELO Santiago Chara, vocero de Punta Querandí. Es que Eidico y la comunidad indígena permanecieron años en disputa por el territorio que finalmente fue cedido a los pueblos originarios.
Desde una cabaña desmontable ubicada en una esquina de la parcela, la monja hacía denuncias policiales y agredía verbalmente a los integrantes de la comunidad, acusándolos de “usurpadores” e “indios truchos”. Todo esto, a pesar del Convenio de Propiedad Comunitaria firmado entre Punta Querandí y el Intendente Julio Zamora en 2020.
“Mientras estuvo en ese lugar, solo estaba para obstruir nuestras actividades, acusando a las hermanas y hermanos de habitar el lugar ilegalmente”, sostuvo el referente en diálogo con este portal, y añadió: “Hasta nos acusó de ladrones”.
Nota extraída de INFOCIELO

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